22 AGOSTO 2017
Con el desarrollo de los módulos: “El Recurso Suelo como Ser Vivo” y “Manejo de Fertilidad del Suelo”, avanza el programa “Introducción al Diseño Agroecológico”, en las zonas centro (Tangua) y norte (Cartago) del departamento de Nariño (Colombia). Las dos sesiones, realizadas en los meses de agosto y septiembre, contaron con la participación de integrantes de la Red de Guardianes de Semillas de Vida – RGSV, el Comité de Integración del Galeras – CIGA, las Escuelas Campesinas Yacuanquer y el Comité de Integración del Macizo Colombiano – CIMA.
Durante la primera jornada, las y los participantes pudieron reconocer, mediante una práctica en campo, el estado del suelo, presencia y variedad de microorganismos, población de lombrices, capacidad de retención de agua, agregación de partículas de tierra y estado de erosión. Esto, con el fin de evaluar el manejo sostenible de los suelos, de tal forma que las campesinas y los campesinos asistentes puedan replicar las herramientas aprendidas en concordancia con las prácticas agroecológicas.
Posteriormente, se llevó a cabo la actividad de reproducción de microorganismos de montaña -también llamados “microorganismos eficientes”-, los cuales están condicionados genéticamente para producir suelo, ya sea descomponiendo materia orgánica o formando agregados húmico arcilloso. Además de ello, ayudan a mantener el equilibrio del bosque y las raíces evitando enfermedades.
En la segunda sesión, correspondiente a “Manejo de Fertilidad del Suelo”, Diego Bastidas de Agromindalae, explicó a las y los participantes que: “el suelo es un matrimonio entre materia orgánica y microrganismos”, y para entender las maneras en que se da esta relación es necesario contar con herramientas prácticas como el análisis de suelos, dentro del cual se encuentran las técnicas de cromatografía y espectrofotometría.
Mientras la primera –de amplia confiabilidad cualitativa– refleja el estado en que se encuentran los diversos componentes de una muestra y su integración, dando una mirada detallada en el interior de lo que el ojo humano ignora; la segunda –ofrecida por laboratorios certificados locales, regionales y nacionales– identifica cuantitativamente la presencia de macro y micronutrientes en el suelo, así como las necesidades máximas y mínimas que deben tener estos para mantener idealmente los cultivos de uso agrícola y pecuario.
Teniendo en cuenta lo anterior, la sesión se centró en la lectura de algunos análisis de laboratorio que fueron aplicados a muestras de suelo de varias fincas del departamento de Nariño. Un ejercicio que consistió en la identificación de: pH (potencial de hidrógeno para suelos ácidos y básicos), carbono, fósforo, potasio, nitrógeno, macroelementos, micro elementos, entre otros.
Con esta práctica se buscó generar posibles soluciones a las deficiencias que cada uno de estos suelos tiene, mediante la implementación a futuro de Unidades de Fertilización Orgánica.
“La solución está en la finca”, reiteró Diego Bastidas, de allí que el análisis de suelos sea una herramienta necesaria y valiosa para la planificación y sostenibilidad a largo plazo de las fincas campesinas, lo que contribuye a su vez a construir la soberanía alimentaria para el Buen Vivir.