06 Julio 2012

El 5 de julio H+D presentó, en la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB) de Madrid, dos nuevas monografías sobre fortalecimiento institucional dentro de su colección “H+D para el Desarrollo”. Esta nueva entrega editorial se enmarca dentro del proyecto “Mejor sensibilización desde la reflexión: Promoción de herramientas metodológicas para el Fortalecimiento Institucional” finaciado por la Comunidad de Madrid. Se trata de dos investigaciones, “Cómo introducir el fortalecimiento institucional en la cooperación al desarrollo” de Paloma Durán; y “Experiencias prácticas de fortalecimiento institucional” de Eloy Bedoya y Álvaro Ugarte, que que abordan el Fortalecimiento Institucional desde el punto de vista de la oferta de buen gobierno por parte de las instituciones y de la demanda de buen gobierno desde la sociedad civil. En definitiva, poner a disposición de los actores de la cooperación madrileña orientaciones y herramientas metodológicas para trabajar en proyectos de fortalecimiento institucional.
El acto de presentación fue introducido por Salvador Arriola, Secretario para la Cooperación Iberoamericana de la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB). A continuación Rafael Rodríguez-Ponga, presidente de H+D, explicó a los presentes que esta colección trata de poner por escrito el trabajo de la Fundación. Recordó que, aún en tiempos de crisis, la cooperación beneficia a millones de personas. Vincula estados y personas, establece un conocimiento mutuo mediante un trabajo conjunto que beneficia a España y la posiciona internacionalmente.
Seguidamente se realizó una breve introducción de las obras con la intervención de Ignacio Uriarte, diputado y Portavoz adjunto de la Comisión de Cooperación del Congreso de los Diputados, y Dionisio García Carnero, senador y Portavoz de la Comisión de Asuntos Iberoamericanos del Senado. Uriarte recordó la importancia de la cooperación y, en concreto del fortalecimiento institucional, para la transferencia de conocimiento, la reducción de las diferencias sociales, adaptando las políticas de cooperación a los distintos países receptores, aportando capacidades, know how, para un desarrollo sostenible para lograr un gran impacto real en el ciudadano. Por su parte García Carnero apuntó que los países más desarrollados no suelen ser los que más riquezas naturales tienen sino los que mejor han sabido organizarse a través de unas instituciones públicas de calidad y con una mayor justicia social.
Finalmente intervinieron los autores Eloy Bedoya y Álvaro Ugarte presentando su obra conjunta. Ugarte, Director ejecutivo del Instituto de Investigación y Capacitación Municipal (INICAM) se centró en el método Desarrollo de Capacidades Locales para la Gestión (DECALOGE) como filosofía para la gestión del desarrollo local sostenible.
Por otra parte, Eloy Bedoya, Jefe del Departamento de proyectos de fortalecimiento institucional de H+D, quiso apuntar tres ideas previas para comprender el mensaje de su investigación: la necesidad de atender la vocación de quienes apuestan su vida laboral por el trabajo de la cooperación al desarrollo, la idea de que la solidaridad no es caridad, y el concepto del fortalecimiento institucional. Sobre ese último aspecto, temática de la investigación, subrayó que no hay contradicción entre los proyectos de cobertura a las necesidades básicas y proyectos de fortalecimiento institucional, sino que, de un parte, muchos supuestos proyectos de cooperación al desarrollo se conciben como meras ayudas casi de carácter humanitario, más que catalizadores de desarrollo y, de otra parte, apuntó que realmente los proyectos y/o componentes de fortalecimiento institucional son cada día más imprescindibles porque son los elementos necesarios para apuntalar la viabilidad y sostenibilidad de los servicios de cobertura de esas necesidades básicas desde el impulso a las capacidades locales endógenas. Concluyó con la idea de Amartia Sen de que una mayor cantidad de alimentos puede satisfacer el hambre de las personas, pero no construye las bases de su propio desarrollo, del mismo modo, la mayoría de los proyectos de cooperación al desarrollo pueden satisfacer una necesidad puntual de bienes y/o servicios mientras dura la disponibilidad monetaria del proyecto, pero muchas veces lejos de contribuir a fortalecer las bases del desarrollo, socavan la idea de responsabilidad y esfuerzo de los beneficiarios.