29 Diciembre 2015

Paloma Gómez visita la sede central en Madrid para contarnos cómo se está desarrollando el convenio Construyendo Paz con Equidad desde Nariño en Colombia.
El departamento de Nariño, al sur de Colombia y frontera con Ecuador, se caracteriza por ser una zona rural andina muy montañosa, con una población campesina muy pobre, golpeada por el conflicto armado y abandonada gubernamentalmente. No hay inversiones estatales, sin infraestructuras y con poca gobernabilidad. Paloma nos cuenta que los beneficiarios tienen muy pocos recursos pero están muy organizados comunitariamente, en el denominado Comité de Integración de Macizo, muy crítica con el abandono institucional que sufren y la actual política agraria colombiana.
Su día a día transcurre entre distancias enormes organizando las actividades del convenio, con pocos medios y adaptándose a la realidad de la gente que vive allí. Tampoco sobran las dificultades ya que en algunos sitios, como en Ituango, existe una gran amenaza de secuestro o ataque a los extranjeros por parte de ramificaciones de las FARC, lo que impide el normal desarrollo de su labor. Otras veces los terrenos están minados.
Pese a estas dificultades, estos años de trabajo y de varios proyectos en Colombia han supuesto un antes y un después entre la población beneficiaria. Lo más reseñable ha sido ver cómo han tomado conciencia de sus derechos, del cuidado del medio ambiente y cómo han sido capaces de producir un café de calidad que ha aumentado sus escasos recursos. En este sentido lo más satisfactorio ha sido como la mujer, a través del trabajo en equidad de género, ha recuperado su visibilidad en la sociedad en vez de estar presente sin estar presente. En definitiva se ha ganado en dignidad, concienciación de derechos y creerse capaces de hacer las cosas.
En cuanto al proceso de Paz que vive el país Paloma nos cuenta que está generando muchas expectativas pero el colombiano tiene asumido que la paz comienza por tener paz en casa. Es un proceso que hay que ir construyendo poco a poco. Lo importante será lo que viene detrás. Es decir: que la gente participe políticamente (toda la gente), sabiendo cual es la realidad de cada territorio y qué es lo que la gente quiere. En definitiva: justicia, derechos, verdad, reparación a las víctimas, garantías de no repetición y no olvidar.