03 AGOSTO 2017
Del 28 al 30 de julio de 2017 se llevó a cabo, en la vereda Santa Teresa (municipio de Arboleda), la III Minga por la gestión comunitaria del agua, “Aguas Libres. Territorios Soberanos”. El encuentro, convocado por Censat Agua Viva y apoyado por la Confluencia Regional por la Vida del Agua Nariño, Suyusama y el convenio “Construyendo Paz con Equidad desde Nariño”, tuvo como objetivo principal lograr la articulación local, regional y nacional de organizaciones y territorios en pro de la protección y defensa del agua, a nivel jurídico, social y político.
“Acá estamos construyendo territorialidad, soberanía sobre nuestra agua, creyendo en la reivindicación de nuevas formas de hacer política y construir lo político, con otro tipo de representación donde son las mujeres las que han tomado la batuta desde nuestra vereda, desde lo más local”, comentó Luis Carlos Chávez, uno de los gestores del encuentro.
Las jornadas de dialogo contaron con la participación de integrantes de la Red Nacional de Acueductos, TCAM, CIMA, CNA, el Cabildo Indígena de Aponte, las Escuelas Campesinas de Yacuanquer y de un vocero del movimiento de impulso a la consulta popular de Cajamarca (Tolima), llevada a cabo el 26 de marzo del 2017, gracias a la cual se logró frenar el megaproyecto de exploración minera La Colosa, de la multinacional AngloGold Ashanti.
Respecto a esta experiencia, Jefferson Rojas, miembro del Colectivo Socio-ambiental Juvenil de Cajamarca (Cosajuca), organización articulada al Comité Ambiental y Campesino de Cajamarca y Anaime, afirmó: “en Cajarmarca venimos haciendo resistencia hace aproximadamente diez años. Durante este tiempo las comunidades nos informamos acerca de los impactos que trae la minería para los territorios, mirando otras experiencias que había aquí en Colombia, en otros países, y nos dimos cuenta del despojo a las comunidades, de la contaminación de las fuentes hídricas (…) Fue un proceso de ir fortaleciéndonos y asesorándonos técnicamente, de construir confianzas con las comunidades campesinas desde su hacer. Esto permitió que las comunidades se empoderaran de la decisión tomada el 26 de marzo con la consulta popular. El reto ahora es seguir defendiendo su territorio y poder implementar el mandato popular y colectivo. Hacer respetar esa decisión”.