28 Abril 2016

La confederación sindical holandesa CNV y la federación sindical austriaca FCG/GPA-djp junto con la Organización Europea de Trabajadores EO/WOW, la Federación Serbia SS Bofos y el Centro Europeo para los Asuntos de los Trabajadores EZA organizaron el seminario “Los retos de la economía de mercado ecosocial” celebrado en Belgrado (Serbia) del 19 y el 21 de abril de 2016. Unos 70 participantes, de 20 países europeos, debatieron sobre diferentes aspectos de la Economía Ecosocial de Mercado.
La economía social de mercado se define como una forma de capitalismo combinado con una política social que favorece la seguridad social y fomenta la solidaridad. La economía social de mercado conforma el corazón de nuestra sociedad europea libre y abierta y, cada vez más, de la sociedad europea, que también está caracterizada por la solidaridad. Se ha demostrado como un sistema económico que permite la prosperidad y el pleno empleo, al tiempo que también proporciona bienestar y fomenta una estructura social fuerte.
El concepto de economía ecosocial de mercado se desarrolló por primera vez en los años 80 por el político austriaco Josef Riegler, que exigió que la economía social de mercado debería ser complementada por el componente de “responsabilidad medioambiental”. Pretende equilibrar la economía de mercado libre, la lucha por la justicia social y el uso sostenible y la protección de los recursos naturales. La economía ecosocial de mercado requiere que la protección del medioambiente y la justicia social sean criterios vitales para toda actividad económica.
En todo el mundo se puede ver la injusta distribución de la riqueza y la pobreza, pero también la manera en la que presiona el medioambiente. Vemos que una gran parte de la población mundial está obesa, mientras que por otro lado todavía hay demasiadas personas muriendo de hambre o simplemente sobreviviendo. Simplemente tienen lo suficiente para no morir, pero no tienen lo suficiente para vivir. A la hora de considerar la polución, las personas a menudo señalan a China, donde casi es imposible respirar en las grandes ciudades. De hecho, éste es un gran problema, pero cuando se consideran las estadísticas se ve que las emisiones todavía son las mayores en los EE.UU. África, Latinoamérica y el sudeste asiático solo tienen emisiones reducidas en comparación. Lo que se debería desarrollar es un sistema mundial, en el que el foco se realice sobre las prácticas sostenibles que son ecológicamente responsables. Continuar como estamos ahora no es una opción. Pero para que esto suceda, las personas deberían darse cuenta de que es beneficioso para proteger el medioambiente.
Se puede entender que esto no será fácil de conseguir en todos los países del mundo. Las diferencias son demasiado grandes, y las prioridades están en otros lugares. Las personas están luchando por la supervivencia, por unos ingresos continuos, por un techo encima de sus cabezas. La sostenibilidad no es la primera cosa que tienen en mente, aunque lo debería ser. En especial para aquéllos con puestos de trabajo vulnerables, ya que son los que pagan el mayor precio de todos: su salud, y eventualmente sus vidas.
En Europa Central y del Este, éste también es el caso hasta cierto punto. Aquí se debería promocionar que el espíritu emprendedor social también cree empleo. No solo se deberían considerar los costes, sino también los beneficios y debería estimularse por los gobiernos respectivos y la Unión Europea.
Josef Riegler desarrolló el concepto de economía ecosocial de mercado. Para él, la economía ecosocial de mercado es el único camino hacia adelante, en cualquier caso, existen unas pocas razones importantes que amenazan a la humanidad. Estas fueron:
- – La explosión de la población
- – La guerra y el terror
- – La brecha entre los pobres y los ricos
- – El cambio climático
- – El fanatismo y el odio
Estos puntos constituyen una amenaza a la sociedad europea y a la manera de vivir. El mundo no está en equilibrio y por ello vemos problemas que surgen a lo largo de todo el planeta. La única manera de salir de esto, es cuando todos como comunidad global llegamos a una serie de denominadores comunes. Deberíamos tener todos los mismos objetivos y visión. Estos tres puntos son esenciales:
- – Conciencia global
- – Normas éticas conectadas globalmente para las acciones humanas
- – Responsabilidad compartida
En este sentido, la economía ecosocial de mercado se puede considerar un principio muy socialcristiano. Tener un equilibrio entre los diferentes actores de la economía también implica que esto es sostenible. El término bíblico para esto es “custodia”. Ser responsable, en el sentido de actuar, para las generaciones actuales y futuras. Los recursos naturales no son infinitos y no se deberían desechar de manera fácil. Aunque se puede traducir fácilmente esto en bienestar sostenible y en solidaridad.
La sostenibilidad es de mucha actualidad, cuando se considera el uso de energía. En especial cuando se hablan de fuentes energéticas no renovables, como el petróleo y el gas. Después de usarlas, desaparecen para siempre. Por este motivo, es muy importante centrarse en las fuentes energéticas renovables y limpias. Pero para algunos, ésta no es una preocupación principal, y no se encuentra en lo alto de su lista de prioridades, aunque debería serlo en la actualidad. Las personas son muy ignorantes en temas de energía en el sentido más amplio. Tienen dificultades leyendo sus propias facturas energéticas, al tiempo que pagan mucho dinero cada año. Este importe podría ser mucho menos elevado, por lo que nos merece la pena prestar atención a este punto, y además también es mejor para el medioambiente.
Muchos países todavía afrontan un largo camino en la consecución de mejores condiciones medioambientales. Para algunos, ésta no es la principal prioridad. Tienen otros problemas que resolver primero, aunque actualmente no se tienen que abordar por separado sino de manera conjunta. Los países y las personas deberían ser conscientes de que merece la pena considerar el medioambiente, y que pueden hacer dinero de esta forma. Esto es lo que pretende exactamente la economía ecosocial de mercado. Una sociedad duradera en el correspondiente contexto cultural, que es sostenible en tres niveles: medioambiental, social y económico.
Pero, ¿cómo poner en práctica lo anterior? El principal problema es la compatibilidad de los objetivos ecológicos y sociales con los principios de una economía de mercado. La pregunta crucial es qué condiciones marco deben ser creadas de tal forma que la dinámica de una economía de mercado se mueva dentro de las barreras que son impuestas por aspectos ecológicos y sociales. Las políticas para la economía y para la sociedad necesitan un marco regulatorio claro. Esto ahora es más importante que nunca.