10 Diciembre 2015

El pasado 9 de diciembre, al cumplirse el primer año del Convenio Construyendo paz con equidad desde Nariño, se realizó en Pasto el foro Retos para el posconflicto y construcción de paz . El encuentro tuvo como objetivo ofrecer a distintos sectores y organizaciones sociales elementos para la comprensión de las dinámicas del territorio y del país. Para ello se presentaron tres paneles sobre “La trayectoria de los conflictos sociales y políticos”; “Los territorios y defensa del agua” y “Los movimientos sociales y participación” en la región del macizo nariñense.
El primer panel planteó, desde la geografía del departamento de Nariño, un recuento de las causas, origen y desarrollo del conflicto así como la intensificación de la violencia durante la última década. Según la profesora Lydia Inés Muñoz Cordero, miembro de la Academía Colombiana de Historia, “las zonas álgidas son: en la costa, los municipios de Tumaco, Barbacoas e Iscuandé y en la cordillera Policarpa, Cumbitara, Leiva y El Rosario, lugares donde deben aplicarse planes especiales de contingencia y salvaguardia de la vida como valor primario y eje de todas las acciones a seguir “.
Durante el segundo panel referente a territorios y defensa del agua, se hizo énfasis en el desconocimiento de las vocaciones productivas de la región, puesto que por ley se ha destinado a zonas de reserva forestal buena parte del territorio lo que ocasiona conflictos con los campesinos por el escaso acceso y derecho que tienen de la tierra, distinto sucede con las comunidades negras e indígenas, quienes con el reconocimiento constitucional de comunidades étnicas tienen prioridad en los procesos de titulación.
Para el profesor Franco Ceballos “para pensar la relación agua-territorio son fundamentales tres dimensión: comunitaria, natural y espiritual, al hablar sobre el derecho al agua es importante considerar no solo el derecho humano sino también los derechos del agua y del territorio, derecho a la existencia, derecho a la generación armónica de sus ciclos vitales y a una reparación integral por los daños que ocasiona el hombre”.
El panel sobre movimientos sociales y participación habló sobre la posibilidad de que el movimiento indígena, afro y campesino se puedan juntar como movimiento agrario, explicó Soraya Yie “como sucedió durante el paro agrario en 2013 donde se vio una articulación de los movimientos, mantener la articulación da fuerza pero la unidad ha sido frágil, el riesgo es que cuando no se mantienen la unión se pueden reforzar fronteras, son fronteras que sirven para consolidar sistemas de distribución desigual, lucha entre vecinos y entre parientes”.
Los asistentes al foro coinciden en que para la construcción de paz es necesaria la innovación y los aportes desde cada uno de los municipios del departamento, que las comunidades sean comprometidas y participen desde las ideas que surgen en los territorios, que no se impongan modelos desde afuera que hacen perder la identidad y la visión de desarrollo de los nariñenses.
El Convenio “Construyendo Paz con Equidad desde Nariño”, es una iniciativa de trabajo conjunto entre la Fundación Humanismo y Democracia – H+D y el Centro de Investigación y Educación Popular – CINEP. A su vez, trabaja en articulación con la Fundación SUYUSAMA y FUNDESUMA / CIMA Nariño. Este Convenio ha sido fionanciado por la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo – AECID. El Convenio se ha propuesto fortalecer y visibilizar a las mujeres, a través de sus organizaciones, redes y procesos, apoyando sus iniciativas de desarrollo local y construcción de paz.