22 Marzo 2016

Como ya indicara el Secretario General de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, el cambio climático está acarreando uno de los problemas más apremiantes: el acceso al agua potable y a servicios de saneamiento.
A pesar de los progresos registrados en el marco de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, aprobados en 2000, alrededor de 750 millones de personas —más de 1 de cada 10 habitantes del mundo— siguen sin tener acceso a mejores fuentes de abastecimiento de agua. La falta de agua afecta, en particular, a las mujeres y los niños, ya que, no solo pone en peligro su salud, sino que, además, obliga a perder una cantidad considerable de horas en la improductiva, y a veces peligrosa, tarea de recoger agua.
Las estadísticas sobre saneamiento son aún menos alentadoras. Aproximadamente 2.500 millones de personas siguen careciendo de mejores servicios de saneamiento, y 1.000 millones de personas realizan sus necesidades al aire libre, lo que significa que el saneamiento ha sido la esfera de los Objetivos de Desarrollo del Milenio en que se ha tenido menos éxito. Ello tiene un profundo efecto negativo en numerosos derechos humanos: sin un adecuado saneamiento no es posible disfrutar del derecho a una vivienda digna, o el derecho a la salud cuando cada año mueren cerca de 1,8 millones de niños como consecuencia directa de diarreas y otras enfermedades causadas por el agua sucia y por un saneamiento insuficiente.
En nuestro compromiso, desde la Fundación Humanismo y Democracia H+D, seguimos trabajando en República Dominicana para la mejora de la disponibilidad, acceso y calidad del agua potable así como el establecimiento de redes de saneamiento básico y la promoción de las buenas prácticas de su uso en las comunidades con dos proyectos y un convenio para la gestión integral de los recursos hídricos y promoción del acceso al agua potable y saneamiento que, entre los tres, beneficiaran más de 70.000 personas.
Además, en 2015, finalizamos en Colombia otro convenio denominado Huellas de Paz en el que se han realizado inversiones sostenibles en la construcción de acueductos y conexiones domiciliarias en municipios de los departamentos de Cauca, Nariño y Antioquia que han permitido asegurar el acceso a agua potable a casi 1.830 familias.