04 Marzo 2016
El pasado 3 de marzo el Centro de Integración y Participación de Inmigrantes de Usera-Villaverde de la Comunidad de Madrid, que gestiona H+D; celebró la fiesta Nacional de Bulgaria. Para ello se programó un taller de pulseras tradicionales de primavera llamadas “Martenitsa”. El origen de estas pulseras data desde hace más de 1300 años cuando según la leyenda, el fundador de Bulgaria, el primer kahn- Asparuj, decidió buscar tierra nueva para los búlgaros después de que los hunos derrotaran a su patria y cautivaran a su hermana Huba.
Al llegar a las actuales tierras búlgaras él envió un mensaje a su hermana atado a la pata de un halcón. Asparuj le comunicaba a Huba que había encontrado un lugar precioso al sur del Danubio y que se asentaría allí. Huba huyó del cautiverio y ató a la pata del falco un hilo blanco de seda para anunciar a su hermano su pronta llegada.
El ave lo llevó hasta la tierra nueva pero una saeta enemiga la hirió y su sangre coloreó el hilo. Habiendo recibido la buena noticia sobre la salvación de su hermana, el khan Asparuj cortó pedacitos del hilo manchado por la sangre del ave, los ató a las muñecas de sus soldados y mandó que los dos colores nunca se separaran como símbolo de la unidad de los búlgaros.
Esto ocurrió un primero de marzo de 681, el día en que en aquella época celebraban el año nuevo y la llegada de la primavera. Denominaron el hilo de seda mártenitsa por el nombre del mes. Desde entonces los búlgaros en el mes de marzo se anudan en la muñeca o se ponen en la solapa un pequeño adorno hecho de hilos blancos y rojos como símbolo de salud, amor, suerte, y prosperidad.
La tradición dice que hay que llevar la “mártenitsa” hasta ver la primera cigüeña de la primavera y entonces hay que quitar el amuleto y atarlo a un árbol frutal, para que el año sea fructífero y próspero. Hoy, la “mártenitsa” simboliza el amor, la salud y la larga vida.
El blanco representa la pureza de las relaciones entre las personas y el rojo, el calor que da la amistad. Por esto, muchos búlgaros elaboran las “mártenitsa” con sus propias manos para regalar a los demás, pensando en la persona a que la regalarán.
Durante estas semanas en el CEPI podrá disfrutarse también de la exposición de dibujos conmemorativos de la fiesta Nacional que niños y niñas entre 8-11 de la Escuela Dominical búlgara “Azbukarcheta” (en Torrejón de Ardoz) y de la escuela de artes “Liuben Karavelov” (en Burgas, Bulgaria) han realizado.
Desde el CEPI queremos agradecer especialmente todo el interés y la ayuda ofrecida por la Asociación búlgara” Trébol “de Torrejón de Ardoz, que ha colaborado enseñando a los usuarios a hacer sus propias “mártenitsas”